miércoles, 10 de diciembre de 2008

Fabricación de gas ciudad o de alumbrado



Con el nombre de gas de alumbrado, y en algunos países gas de ciudad, se designa mezclas de gases combustibles que arden con llama luminosa y que se forman por destilación seca del carbón de piedra o hulla, al abrigo del aire a temperaturas de unos 1.200°C a 1.300 °C. También podemos obtenerlo a partir de otros materiales como, por ejemplo, la madera.
El empleo del gas de hulla en la iluminación nació en el siglo XIX y alcanzó su plenitud al final del mismo; después decayó con el progreso de la iluminación eléctrica, pero siguió empleándose como combustible para la calefacción doméstica e industrial, hasta la incorporación del gas natural, que da menos problemas que el gas ciudad. Tiene la siguiente composición: hidrógeno, 45 %; metano, 35 %; etileno, 4 %; monóxido de carbono, 8 %; dióxido de carbono, 2 %; nitrógeno, 5,5 % y oxígeno, 0,5%.
Para fabricarlo, la hulla se destila en retortas horizontales, verticales o inclinadas, de material refractario, a temperaturas comprendidas entre 1.200°C y 1.300°C y sin contacto con el aire. Los productos volátiles, constituidos por gases y vapores, pasan de las retortas al interior de un colector, llamado barrilete, que contiene alquitrán y agua. En las retortas queda, como residuo, coque, producto secundario que se comercializa o que podemos utilizar para obtener mas gas, haciendo pasar una corriente de aire o vapor de agua recalentado sobre el coque incandescente para obtener gas de agua o de aire, respectivamente, que se añade al gas añadido anteriormente, que va al barrilete. En el barrilete, los gases y vapores destilados dejan, por condensación, cierta cantidad de agua y alquitrán. Después, aún impuros y calientes, pasan a otros condensadores, donde abandonan el resto del alquitrán y amoníaco. En las fábricas modernas, después de separar de los gases la totalidad de alquitrán, se hacen pasar por unos dispositivos lavadores, llamados scrubbers, donde se elimina algo del sulfuro de hidrógeno contenido en aquellos como así también otras impurezas. Finalmente, se pasan por purificadores, donde se elimina totalmente el sulfuro de hidrógeno y demás impurezas.
El gas procedente de las fábricas se almacena en grandes depósitos cilíndricos llamados gasómetros, de donde, regulada su presión, pasa a las cañerías para el consumo.
Entre los principales subproductos de la fabricación del gas de hulla se cuentan: el alquitrán de hulla, el coque y el amoníaco, que como hemos dicho anteriormente con el coque, se pueden comercializar.